La industria de la construcción está en constante evolución y cada vez hay más materiales y nuevas opciones sustentables. La nueva tendencia en el grafeno que permitirá trabajar con un hormigón mucho más fuerte, duradero y cuatro veces más resistente al agua y a la humedad.

El hormigón verde es el resultado de muchas horas de trabajo en la Universidad de Exeter. Se trata de una implementación de nanoingeniería que permitió incorporar el grafeno a la composición tradicional del hormigón.

El nuevo hormigón verde ya cumple con todos los estándares y normativas de calidad exigidas por la Unión Europea por lo cual se estima que su implementación en el resto del mundo será casi inmediata.

¿Por qué se llama “hormigón verde”? Una de las principales ventajas del grafeno es que reduce drásticamente la huella de carbono, por lo cual es mucho más sostenible y amigable con el medio ambiente. Un detalle que hoy es prioritario.

El uso de grafeno permite reducir, aproximadamente en un 50% la cantidad de materiales utilizados para producir un buen hormigón, lo que lleva a una reducción significativa de 446 kg por tonelada de las emisiones de carbono. Es decir, se reduce drásticamente la huella de carbono respecto a los métodos convencionales de producción de hormigón.

Sin dudas, esta es la base para comenzar a investigar y trabajar con nuevos nanomateriales que puedan modernizar y mejorar el trabajo y durabilidad del hormigón. Sobre todo, en zonas de difícil acceso y que requieren un trabajo constante de mantenimiento.